El olor de cacao

Cuando inicié mis cursos de español en Suiza, tuve primero una profesora de España, después una de Guatemala, luego cambié de nuevo por una profesora de Ecuador antes
de irme a Argentina por tres meses en el  2014-2015.

Cuando regresé de Buenos Aires a Suiza continué mis cursos de español con ella. Ella me transmitió ese deseo inmenso de regresar a América Latina, su español era tan hermoso y  las descripciones de su país eran muy atrayentes. Ella tenia razón, su país es hermoso,con mucha diversidad, hay muchos indígenas, la naturaleza es maravillosa y su gente es muy agradable con un gran corazón.
Ella era de Cuenca y sólo por eso, quería pasar por esa hermosa ciudad, en ella se encuentra la bellísima e imponente Catedral de la Inmaculada Concepción. Mi profesora me contó un día, que cuando iba con sus padres al océano, podía sentir el olor del  cacao cuando bajaba a la costa, desde la ventana ya sabia que había llegado a otro clima.
Cuando bajé con Victor, mi amigo de Guayaquil del parque nacional Las Cajas, que está situado en el recorrido entre Cuenca y Guayaquil, yo recordé todas sus descripciones ! Después del frío de las montañas  y la neblina, la naturaleza cambia a un clima más caliente. Bajando en carro y antes de poder reconocer los árboles de cacao ya los había olido con solo abrir la ventana! Ese momento fue como cuando se lee la descripción de un lugar en un libro y luego llegas ahí por primera vez.
Me encantó hacer ese viaje en carro entre la Cuenca y Guayaquil y poder sentir el olor del cacao, fue exactamente como mi profesora, originaria de Cuenca lo había descrito en mi clase español en Suiza.
Hicimos una parada al lado de la carretera a fin de que yo pudiera sacar una fruta de cacao y abrirla ! Siendo una aficionada del chocolate, fue para mí un momento y una experiencia inolvidable !